La inspiración no siempre acude a nuestra llamada. Quién no se ha quedado alguna vez frente a la pantalla en blanco con las manos sobre el teclado sin saber qué escribir. Cuando esto sucede, la experiencia de escribir, que antes era placentera, se vuelve angustiosa.
Si eres escritor o escritora seguro que te ha pasado en alguna ocasión, probablemente en varias.
Índice de contenidos
La página en blanco
El síndrome de la página en blanco o bloqueo del escritor es la incapacidad de producir nuevas ideas. A todos los escritores nos sucede en algún momento, sobre todo a los principiantes.
Su duración es indefinida, puede ser cuestión de minutos; pero también pueden pasar horas, días o meses hasta que nos vuelven las ideas; incluso, dependiendo de sus causas, se puede tardar hasta años en salir de este bloqueo. La escritora Ana María Matute pasó veinte años bloqueada sin escribir por culpa de una depresión.
El bloqueo del escritor
El síndrome de la hoja en blanco o bloqueo del escritor no es nuevo, fue acuñado por primera vez en 1947 por el psicoanalista alemán Edmund Bergler, y no es exclusivo de los escritores, es un bloqueo que afecta a todos los autores creativos: escritores, pintores, escultores, diseñadores…; ninguno está a salvo de recibir la visita bloqueante.
Aunque Bergler lo describe por primera vez en el año 1947, en 1950 lo convierte en el tema central de su obra The writer and psychoanalisis, donde se refiere a él como «una condición mental que se exterioriza cuando el individuo necesita o quiere escribir algo y falla al intentar hacerlo».
La mayoría de las investigaciones relacionadas con el síndrome de la página en blanco tuvieron lugar durante las décadas de 1970 y 1980.
Causas de la página en blanco
Las causas del bloqueo del escritor son muy variadas. Puede deberse a razones tanto físicas (cansancio, malos hábitos posturales, fatiga ocular…) como emocionales (depresión, estrés…). En ocasiones son varias las causas que confluyen, dificultando más todavía su diagnóstico y solución. Vamos a ver algunas de ellas.
Falta de ideas
La falta de ideas es uno de los problemas más comunes a la hora de enfrentarnos a la hoja en blanco. Para sortearlo, existen infinidad de ejercicios que pueden despertar tu imaginación. Uno de los más empleados es el de recurrir a la prensa escrita. Rebuscando en ella puedes encontrar un número incontable de noticias que te sirvan como fuente de inspiración.
A este respecto, la genial Patricia Highsmith dijo:
«Es realmente imposible quedarse sin ideas, ya que estas se encuentran en todas partes. El mundo está lleno de ideas germinales»
Cansancio
Seguro que sabes que para realizar cualquier tipo de actividad tienes que estar en un estado óptimo, y esto requiere que estés descansado. Para conseguirlo ya sabes: comida saludable, ejercicio e higiene del sueño.
Por otro lado, La concentración no podemos mantenerla indefinidamente, al cabo del tiempo la vamos perdiendo. Bien es cierto que no del todo, algo queda, pero su merma nos hace ser ineficaces, lo que conduce a una frustración bloqueante. Ya sabes eso de que mejor parar y afilar las neuronas que talar sin descanso.
En mi caso, a no ser que esté especialmente enchufado, suelo escribir cincuenta minutos y parar diez. Eso hace que esté concentrado la mayor parte del tiempo. Tu caso puede ser diferente. Haz pruebas y averigua dónde tienes el umbral de la concentración. Y si eres reacio a las pausas porque piensas que vas a perder el tiempo, aprovéchalo para recoger la cocina, pasar la escoba o hacer unas sentadillas.
Objetivos desmesurados
En ocasiones, tenemos unas pretensiones tan grandes para nuestros escritos que resultan inalcanzables. Esto nos lleva a pensar que todo lo que se nos ocurre es insignificante y carece de calidad. No caigas en este error. Recuerda que no existen los grandes temas. Lo verdaderamente importante es tu manera de contarlo.
Y, sobre todo, no te compares con autores consagrados. Todos queremos escribir como García Marquez, Raymond Carver o Virginia Woolf, pero eso es imposible y solo te lleva al bloqueo. Aprende de ellos, leyendo y examinando sus obras; pero compárate solo contigo mismo, con el escritor o escritora que eras hace un año y el que eres ahora. Recurre a esta comparativa cada doce mese y verás como la calidad de tu escritura está en constante progreso.
Miedos
El miedo es uno de los mejores aliados del bloqueo del escritor. Puedes tener miedo a tantas cosas como puedas imaginar: miedo a no ser lo suficientemente bueno, miedo a defraudar a tus lectores, miedo a no gustar a la crítica, miedo a la exposición, miedo a tener miedo… Miedo, miedo, miedo. Lo más eficaz para vencer al miedo es reconocerlo.
El miedo es una sensación intrínseca en la naturaleza humana necesaria para la supervivencia que, entre otras cosas, nos ayuda a mantener la guardia alta. Es bueno para evitar que te confíes, y te convierte en un autor o autora exigente con tus textos, lo cual ayuda a conseguir unos textos de calidad, pero no dejes que te bloquee, solo trata de convivir con él y asúmelo como lo que es, algo natural.
Indecisión
Muchas veces lo que nos bloquea es la cantidad de ideas que tenemos. Barajamos tantas que no sabemos por cuál decidirnos. Si te pasa eso, lo mejor es que te relajes y dejes reposar las ideas. Cambia durante un momento de actividad —por ejemplo, puedes escuchar un par de canciones—, así tú mente inconsciente trabajará por ti y hará la selección. Cuando vuelvas a sentarte verás la cosa más claras, si no, decídete por cualquiera de ellas y escribe. Si es la buena, lo veras enseguida; si es la mala, también. En el primer caso habrás resuelto el problema; en el segundo, pasa a la siguiente idea y repite la operación hasta que des con la idea definitiva.
Experiencia
Cuando un escritor alcanza cierta experiencia, pasa a formar parte del club «solo sé que no sé nada». Los conocimientos adquiridos le hacen reconocer matices que antes no podía ver. Esta afán de perfeccionismo se vuelve más exigente y se puede transformar en obsesión, lo que, como estás pensando, desemboca en bloqueo.
Estado de ánimo
Al igual que el cansancio, el estado de ánimo repercute en gran medida en nuestra producción creativa. Si estamos deprimidos o atravesando una mala situación personal no vamos a poder rendir al máximo, ni escribiendo ni en ninguna otra parcela. En este caso date un respiro de la escritura e intenta solucionar el problema causante. Si hay algo más importante que tu escritura es tu vida.
Cómo superar el síndrome de la página en blanco
Aunque ya hemos visto algunas soluciones para superar bloqueos concretos, te voy a dar algunas más genéricas que puedes utilizar si te ves en esta situación y no sabes cómo romper el bloqueo.
Disciplina
La rutina y el compromiso son las mejores herramienta para alcanzar tus objetivos en la vida, y en lo que respecta a la escritura no es diferente. Si quieres alcanzar tus metas literarias necesitas ser disciplinado y escribir a diario, aunque sea poco, para adquirir el hábito; no existen los atajos.
Pensar en voz alta
Seguro que lo has oído muchas veces: «Lee tus escritos en voz alta». Hablar en voz alta no solo sirve para encontrar errores y mejorar lo escrito durante la fase de corrección, también te ayuda a plasmar tus ideas en pantalla. No lo dudes y pruébalo.
Inspiración
Esta seguro que también la conoces. En su tercera acepción de la palabra inspiración, el diccionario de la RAE recoge lo siguiente:
«Estímulo que anima la labor creadora en el arte o la ciencia».
Poco más tengo que aportar. Lee mucho y de todo, ve películas, escucha música, escucha a las personas —incluso a tu cuñado y a tu suegra—, da paseos… Recuerda que puedes encontrar la inspiración en cualquier sitio.
Escribe a mano
Parece ser que la tarea de escribir a mano genera unas conexiones neuronales que facilitan el desbloqueo. Si no te viene a la cabeza ninguna idea con la que aporrear el teclado, aléjate de la pantalla, coge papel y boli y escribe.
Cambia de lugar de trabajo
En ocasiones, un simple cambio de ubicación nos ayuda a concentrarnos y liberar las musas. Quizás el sitio que estabas usando no era el adecuado por razones como el ruido, la iluminación, el olor, el mobiliario, la decoración, el espacio…
Mantén la calma
Los nervios no son un buen aliado, para lo único que sirven es para que la situación bloqueante se prolongue y no avances. Piensa que no sufrirás el síndrome de la página en blanco eternamente.
Una de las características principales del bloqueo del escritor es que tiene un carácter transitorio. Sea cual sea el motivo, en algún momento darás con él y con su solución.
No deseches ideas
En ocasiones buscamos la idea o el estilo perfecto. Si estás varado en una fase de bloqueo, no desprecies ninguna idea. Cuando cuestionas tus ideas, entras en un círculo vicioso de inseguridad, ansiedad y bloqueo.
El folio en blanco se supera escribiendo. Cualquier idea es buena para romper el bloqueo. Aunque pueda no parecer la idónea, si te sirve para arrancar habrá cumplido su cometido. Lo importante es provocar un flujo constante.
Entrar en valoraciones te saca del proceso creativo y pone a tu cerebro a trabajar en una tarea que no es la de creación propiamente dicha. Más adelante ya tendrás tiempo de perfeccionar lo que sea, lo importante es que la escritura fluya.
El escritor estadounidense Ray Bradbury decía:
«Cantidad produce calidad. Si solo escribes algunas cosas, estás condenado».
El bloqueo del escritor se rompe escribiendo
Escribe lo primero que te venga a la mente. Palabras sueltas, frases inconexas, la lista de la compra… Todo lo que sea escribir ayuda a renovar tus pensamientos, lo que facilita un cambio de estado.
Al cabo de un rato la página ya no estará en blanco y tú estarás más relajado.
Los pensamientos que te estaban preocupando y lastraban tu escritura habrán dejado su espacio a otros diferentes que harán de puente con tus pensamientos creativos.
Olvídate del orden cronológico
Si estás atascado en algún capítulo, escena o descipción, pasa a otro. No es momento de ser maniático. Escribe lo que más te apetezca o sencillo te resulte. Como ya te he dicho, el objetivo principal es que las palabras hagan acto de presencia en tu página.
Desconecta
Esta es otra clásica. Ya sea por el cansancio o porque nuestra mente se ha encallado y necesita despejarse, cambiar de actividad de manera puntual es uno de los remedios más efectivos para romper el bloqueo. Cualquier cosa sirve: escuchar música, ver la tele, dar un paseo, darte una ducha, hacer deporte… Eso sí, no abuses de este remedio o lo único que conseguirás será romper la rutina y perder el ritmo. No olvides que la constancia también es primordial para cumplir tus objetivos.
Aunque pueda parecer que estés procrastinando, si lo haces de manera puntual y con el objetivo de relajarte, volverás al teclado más despejado y relajado, y eso hará que resurja tu motivación.
Conclusión
Y eso ha sido todo. Como has visto, las razones por las que nos podemos quedar en blanco son muchas. Lo bueno es que existen también infinidad de soluciones y, lo mejor de todo, es que el bloqueo del escritor, antes o después, siempre desaparece.
Espero que después de leer esta entrada reserves las páginas en blanco para usarlas de cortesía al principio y, sobre todo, al final de tus libros.
Si conoces otras soluciones para romper el bloqueo del escritor, compártelas a continuación. Y si te quedas en blanco, simplemente escribe.
No sé la verdad si me pasa esto en realidad… Pero, sí, me bloqueo al escribir y muchas veces INCLUSO no escribo nada.
Escribir un guion es, difícil porque tiene que ser básicamente escribir una película.
Si en algún momento aparece o se publica una serie o película… NUEVA de misterio, suspense y acción, tipo “Stranger Things”
Sabréis que he sido yo.
Aún no sé cómo se va a llamar, si no os lo diría… Pero que lo sepáis
Hola, Zoe. Gracias por pasarte y comentar.
Si te bloqueas, ya sabes, sigue los consejos de este artículo.
Y muchos ánimos con ese guion, estaré pendiente por si sale alguna serie emulando a Stranger things.
Un abrazo.